20 ene 2014

DROMEDARIO DURMIENTE

   
      Hola amigos!, normalmente tiendo a fotografiar atardeceres porque resultan más sencillos.
   
    Me explico, durante el atardecer se tiene la ventaja de que la luz va de más a menos con todos los pros que  confiere a la captura:
   

                       VENTAJAS DEL ATARDECER EN COSTA CON RESPECTO AL AMANECER

  1.  Mejor visualización del cielo y su evolución.
  2.  Más tiempo para buscar una localización adecuada y un encuadre en el cual los elementos estáticos ya se puedan distribuir de manera ordenada esperando que llegue la hora h.
  3.  Mayor control sobre el equipo, es mucho más fácil tener un descuido con luz escasa que sin ella: Un filtro que se cae al agua, la tercera pata del trípode colocada en el límite de una roca sin tener plena conciencia de ello,...así como que se multiplica el tiempo en el que realizas cualquier mínimo ajuste.
  4.  Incremento del riesgo personal: Si una ola te puede coger a traición en cualquier momento...con poca luz ni os cuento, un mal paso dado debido a lo abrupto del terreno, un resbalón en ese verdín que pasó desapercibido...

    Una vez  explicado por qué prefiero los atardeceres os presento la última imagen tomada hace tres semanas durante un bello amanecer en la Bahía de Loia (Hendaya). Los motivos que me animaron a ésa aventura tempranera fueron la coincidencia de  bajamar con que la salida del sol la hiciera (más o menos) por detrás de la isla Dromedario, unas rocas cuyas siluetas de por sí ya confieren en mi opinión belleza a la imagen. Me terminó de sacar de la cama el hecho de que fueran mareas muertas y de ésa manera intentar lograr un agua bastante lisa.

     Así que ayudado con mi  frontal me dirigí hacia allí y una vez en el lugar busqué un encuadre a modo de Zigzag. Fui afinando la exposición hasta que el cielo mostró unos detalles rojizos que a su vez reflejaron en el agua (eso sí que no lo esperaba) y así es como quedó.Espero que os guste y un saludote.




f22     4s     ISO320     17mm
       

4 ene 2014

UN REGALO NO ESPERADO

                                                                 
    

             HOLA A TODOS Y FELIZ AÑO!!!

             Hace unos días presencié uno de los atardeceres más espectaculares de mi vida fotográfica. Durante un buen  rato la cosa pintaba sosa y pensaba que con haber conocido un rincón bastante fotogénico me tendría que conformar. Sin embargo según se acercaba el atardecer el cielo comenzó a mostrar unos tonos dorados muy intensos que me dejaron pasmado durante algunos instantes aun siendo el preludio a algo todavía mayor.


              Lo único que tenía claro era que esas luces mandarían en la composición y busqué completar la parte derecha del encuadre con algunos flyschs que tanta profundidad aportan. 


              Dado que en ésta playa la superficie del  flysch está bastante desgastada, con la marea justa, sirve para que se formen pequeñas pozas y por tanto reflejos, pero no  para crear volumen debido a la escasez de estratos verticales. Con lo cual opté por buscar un punto de vista más alto subiéndome a una roca que a la vez me protegía de esas olas traicioneras.


               De repente el cielo liberó toda su paleta de colores y por momentos me sentí entre desbordado y abrumado por la situación, ni la cámara ni yo conseguíamos controlar tal  metamorfosis. Con el degradado inverso logré la subexposición que necesitaba en el cielo pero a nivel cromático la cámara los había sobresaturado convirtiéndolos en irreales, labor larga y tediosa para el procesado...


              Algunas olas conseguían tapar la parte justa del flysch y formar un pseudotriángulo,  tras varios intentos más o menos se consiguió.

         

                                                              f 16      3,2s.     ISO100     17mm.